27 de junio de 2010

La envidia

Para la Iglesia católica es el sexto pecado capital. Yo no estoy muy segura de que exista el pecado, y en todo caso lo definiría de forma distinta a como lo hace la iglesia. Pero esa es otra historia.

A vueltas con la envidia: pocas cosas habrá que puedan hacer tanto daño. Y al final, quien más sufre es el envidioso. La envidia se huele, el que la siente termina odiando y el odio se palpa. Es fácil que el envidiado no entienda ni comprenda por qué produce ese sentimiento o que conociendo las causas las encuentre ridículas y sin fundamento. Cosas de la naturaleza humana, supongo... Lo peor el rastro que tras de sí puede dejar tal emoción.

Os dejo un par de citas sobre la envidia que me parecen bastante acertadas:

La envidia en los hombres muestra cuán desdichados se sienten, y su constante atención a lo que hacen o dejan de hacer los demás, muestra cuánto se aburren.
                                                                    -Arthur Shopenhauer-

La envidia es una declaración de inferioridad.

                                                                  -Napoleón Bonaparte-

Hasta la próxima, o no.

Imagen: Envidia
Autor: Jacob Matham

17 comentarios:

  1. Eso de la envidia es muy hispano. Aquí gustamos mucho de querer ser más que los otros (al menos aparentarlo) y sino tratar de joder a quien se envidia, para que si uno no lo tiene el otro tampoco.

    Muy mala cosa es, pero por desgracia también muy instintivo, un ansia, un querer insatisfecho que te recome.

    Aunque dicen que hay una envidia que es más buena, no tan traumatica, "envidia sana" le llaman. Yo si he de tener me quedo con esa, aunque ahora que recapacito sobre ello, soy de poco envidiar.

    Saludetes

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  2. envidio a Napoleón...por eso le copie el apellido

    jejej

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  3. Es muy hispana, como dice Uno.
    Es una potencia que corroe al individuo, como el resentimiento. No le deja ser feliz.

    En las memorias de Julián Marías hay un ejemplo tremendo de envidia.
    Justo después de terminada la guerra civil, que Marías vivió en Madrid como soldado raso de la República y las últimas semanas al lado de Besteiro, la policía fue a su casa a detenerle. Se le acusaba de delitos improbables y graves, por los que tuvo que sufrir prisión durante unos meses, hasta que todo se aclaró.
    Lo peor del caso es que Marías fue acusado y delatado por el que hasta entonces era su mejor amigo, que luego tuvo una larga carrera como catedrático de arqueología durante el franquismo. Y a Marías, la primera cabeza filosófica de su generación, se le cerraron para siempre las puertas de la cátedra, de la enseñanza y hasta casi de la vida privada. Marías nunca dijo el nombre de esta persona; su hijo Javier sí.
    Uno de los testigos presentados en su juicio tuvo la valentía de decir la verdad. Preguntado entonces por el juez que de dónde venían todas estas acusaciones viles e inciertas, éste sólo respondió: "envidia".
    Vemos pues que la envidia no tiene límites...

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  4. Pues qué quieres que te diga... Se ponga como se ponga la Iglesia, a mí me encanta la ensalada de "envidias" con roquefort...

    ;-)

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  5. Uno, y no sólo me refiero al querer tener más o ser más... hay otro tipo de envidias que son aún mucho más dañinas. Yo tampoco soy envidiosa, no es uno de mis múltiples defectos... :-)

    Noe, bonparte, bonaparte... no sabía :P

    Enrique, tú lo has dicho. No le deja ser feliz. Gracias por la historia de la Historia.

    Eduardo, yo prefiero el brie, o el de cabra... :-)

    Gracias y besos a los cuatro.

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  6. En este pais la envidia no es un pecado... es un deporte.

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  7. Me encantan las dos frases que has elegido, lo dicen todo.
    Un abrazo

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  8. MERCE:
    Me quedo con la definición de Napoleón.
    No estoy de acuerdo con el tópico de que la envidia es un pecado nacional, pero sí estoy de acuerdo con el tópico de la "envidia sana".
    Salu2 y hasta la próxima, sí, sí, sí.

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  9. Lo único que nos une como país es la envidia...
    No te digo más!

    Besos, Merce.

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  10. jejejej...mira que descentrado estoy...que lo q le copie fue el nombre jajaja

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  11. No sé, pero es triste tener que ir al infierno por culpa de un pecado tan cutre como la envidia.
    Yo no me tengo por envidioso, pero anteayer viendo en el peródico la lista de blogueros con más éxito del mundo mi cerebro debió montarse un simulacro de alta envidiosidad de padre y muy señor mío.
    Very patetic.
    :-)
    Besos

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  12. Eria, pero hay m´s deportes además del fútbol???

    Luna, lo clavan, sí...

    Dyhego, tú crees que existe la envidia sana?

    Landa, hombre, lo único... lo único...

    Noe, te están sentando mal las vacaciones, eh!!

    Food, pues si no estabas tú en esa lista, eso es injusticia ;-)

    Besos y gracias...

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  13. Me quedo con la cita de Bonaparte. "Es una declaracion de inferioridad"

    No se puede definir mejor. Los envidiosos son gente pequeña de miras, sin personalidad y a los que les molestan los triunfos de otros...

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  14. Eso lo saben hasta ellos mismos, Temu.

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  15. MERCE:
    Para mí la "envidia sana" en querer tener los éxitos, etc, de otra persona sin por ello desearle mal alguno y sin por ello ponerles peros a sus logros.
    Salu2 sin envidia.

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  16. Gracias por esa frase de Napoleón :-)

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  17. Y tampoco comparto eso de la "envidia sana"

    Prefiero tener "admiración" o "respeto"

    ¿Que la envidia es un deporte nacional? Yo creo que es bastante internacional, y se podrían hacer copas del mundo, y creo que habría tantos ganadores... Claro que a medida que pierdes es que irías ganando puntos!

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Pues vosotros diréis...