Todas las heridas dejan cicatriz. De muchas te olvidas. Hay otras que ves todos los días, cuando te desnudas frente al espejo antes de meterte en la ducha. Algunas, pican los días de lluvia. Pero a veces no importa que llueva, porque esas cicatrices también te recuerdan los buenos momentos hasta que llegó la herida y también recuerdas que dolía mucho y que creías que nunca curaría. Y llega un día en que ya no duele; escuece y pica, pero no duele, y termina curando, aunque la veas todas las mañanas cuando te desnudas frente al espejo.
Pero hay veces que la lluvia dura mucho, y no sale el sol, y la herida no deja de picar, y te rascas intentando calmar el picor y entonces te escuece, como si te la volvieras a abrir. Y ya no puedes más, porque de nuevo empieza a doler, y necesitas que salga el sol.
Y una mañana subes la persiana, y el sol ha salido, ya sólo queda algún charco. Y el sol sigue brillando y el suelo se seca, y te das cuenta que la cicatriz ya no te pica. Te la sigues viendo todas las mañanas cuando te desnudas frente al espejo, pero ya no pica. Y sales a la calle y respiras fuerte el aire limpio tras tantos días de agua. Y sonríes aunque sabes que volverá a llover y la cicatriz volverá a picar e incluso a escocer, pero no importa, porque también sabes que después volverá a salir el sol.
Pero hay veces que la lluvia dura mucho, y no sale el sol, y la herida no deja de picar, y te rascas intentando calmar el picor y entonces te escuece, como si te la volvieras a abrir. Y ya no puedes más, porque de nuevo empieza a doler, y necesitas que salga el sol.
Y una mañana subes la persiana, y el sol ha salido, ya sólo queda algún charco. Y el sol sigue brillando y el suelo se seca, y te das cuenta que la cicatriz ya no te pica. Te la sigues viendo todas las mañanas cuando te desnudas frente al espejo, pero ya no pica. Y sales a la calle y respiras fuerte el aire limpio tras tantos días de agua. Y sonríes aunque sabes que volverá a llover y la cicatriz volverá a picar e incluso a escocer, pero no importa, porque también sabes que después volverá a salir el sol.
Y el sol pica en la piel, pero ya es otro picor, ¿verdad?
ResponderEliminarSaludos
Algunas casi casi ni se ven con el tiempo.. menos mal, sino sería un mapa, quemaduras de tubos de escape en las piermas, agua hirviendo por algunos sitios... y algunos remiendos en cierto órgano vital... pero todo lo cura el tiempo. Besitos varios.
ResponderEliminarPero hasta que se cura... duele.
ResponderEliminarBesos.
Hola:
ResponderEliminarSiempre, recuerda esto, siempre sale el sol.
Un beso.
¡Uy! me parece que me he puesto en plan padre... ¡perdón!
El tiempo y el sol tiene propiedades salutíferas.
ResponderEliminarPor eso me gustan los días azules y luminosos, el verano y su calor.
Y a mí que me pican con el sol. De todas formas, tengo tantas que ni las miro ni las recuerdo :)
ResponderEliminarUn saludo
P.D. Cajón Desatre ya no lo voy a actualizar, tengo de sobra con Fotoblog.
Merce, me ha gustado mucho, si es así como tu lo cuentas, no hay mas que decir ni que añadir.
ResponderEliminarBesitos guapa
Cosecha, pues sí, sobre todo si acaba de empezar a brillar...
ResponderEliminarEria, esos, los remiendos del órgano vital, son los que más duelen.
Landa, así es, y a veces mucho...
Jesús, jajajaja, don´t worry
Enrique, calor el justo...
Paco, ya me imaginé que lo "abandonabas"
Vicky, Es que tiene que ser así...
Yo hasta hace bien poco pensaba que las cicatrices del alma, o del corazón (cada uno lo llama como le parece) no se curaban y duraban para siempre. Yo tengo algunas antiquíiiiiiiiisimas, de años y años y me han dolido a veces tanto que me parecía imposible de soportar.
ResponderEliminarHoy sé que se curan. Siguen ahí, físicamente, siempre las vas a ver, sabes que las tienes, pero ya no duelen. A mí hay algunas que ya no... Pero he podido llegar a este punto porque el origen del daño ha desaparecido, ha ido a mejor, ha cambiado... Si la circunstancia original no cambia, no creo que sea posible que deje de doler.
El tiempo lo cura todo... pero con ayuda ;)
Un beso en todas tus cicatrices, Merce (K)
Over the rainbow...
ResponderEliminar;-)
Bueeeeno, abandonado, abandonado, tampoco. Lo hemos dejado de mutuo acuerdo ;)
ResponderEliminarLa cuarentona está moñas..., pero tranquilos que no es la regla, está menopáusica perdida.
ResponderEliminarFirmado:
Tu calveras preferido.
lo malo de esas cicatrices es que hacen envejecer mil años, nos agotan ante la vida. Pero tienes razón, siempre vuelve la luz.
ResponderEliminarBesos!
Novi, supongo que tienes razón, si el origen no cambia... complicado...
ResponderEliminarEduarado, always over...
Paco, bueno entonces, si ha habido buen rollito... ;-)
Anónimo, jajajaja, malo, más que malo... ;-)
NoSur, siempre sale... por suerte ;-)
Las cicatrices, como las huellas, se quedan ahí o se borran...
ResponderEliminarEsto no lo habrás hecho con el paint!
Lo peor de las heridas es que no se por qué razón, pero uno siempre se las hace en el mismo sitio.
ResponderEliminarNo aprendemos.
Pero tú ya sabes, al mal tiempo, buena cara. ;-)
"...pues llevamos en el alma cicatrices imposibles de borrar...".
ResponderEliminarSi es que todo está en los boleros pero como vosotros sois de rock...
Vaya, y yo pensando que te referías a alguna cicatriz de cesárea o similar. Es que me quitas tus paint explicativos y me pierdo :)
ResponderEliminarorraEso, mis dibus del paint son mucho más chulos, ¿no?
ResponderEliminarFood, y si cuesta poner buena cara, pues una buena capa de maquillaje.
Miss, "y hoy resulta, que no soy de la estatura de tu vida, y al dejarme casi, casi, se te olvida que hay un pacto entre los dos. Por mi parte, te devuelvo la promesa de adorarme..."
Que yo también oigo boleros... y me sé muchos muchos...
Paco, vale para todas las físicas y las otras. Al final triunfaré con mis dibu-paints... ;-)
¡Ahí va a estar la clave de nuestra sintonía, Merce!
ResponderEliminarOjalá un día podamos tomarnos... veeeeenga, un Ribera del Duero, escuchando boleros ;)