"Si hay algo que odie más que el que no me tomen en serio es que me tomen demasiado en serio" (Billy Wilder)
14 de septiembre de 2008
Tu olvido...
Apretaba el frasco fuerte contra su pecho. Lo había comprado unos meses atrás, en un tugurio de esos que pensaba que no existían sino en las pelis americanas. Le había costado una pequeña fortuna, estaba muy perseguido su tráfico. El elixir del olvido, lo llamaban. Había oído que funcionaba bien, por supuesto nunca por los propios protagonistas, siempre por familiares. Sabía por aquellos padres, hermanos y parejas de quienes lo había consumido, que habían conseguido sacar de su mente el objeto de su desgracia.
Y allí estaba ella, con el frasco en la mano, sin atreverse a usarlo. Y era tan fácil, tan condenádamente fácil. Sólo tenía que tragar 2 cc de ese brebaje mientras concentraba su pensamiento en aquello que se quería olvidar, sólo en eso, le habían advertido. Parecía ciencia ficción.
"Quizá mañana", eso era lo que llevaba semanas diciéndose a si misma. Había tenido tan claro que quería olvidarle, o quizá no. Joder, su vida era un continuo subir y bajar, nunca se había sentido tan viva como desde que lo había conocido, tan pronto estaba arriba y se sentía la mujer más feliz del mundo, como se venía abajo. Pero cuando estaba abajo, en un maldito hoyo de auto-compasión, entonces le dolía incluso el respirar.
El día anterior había sido terrible, él había llamado para decir que no podían verse, una complicación en el trabajo. Por supuesto no le había creído, se había imaginado mil escenas distintas, se había comido la cabeza durante horas, pensando dónde podría estar y con quién. Había llorado, gritado, se sentía morir, había llegado a espiarle escondida tras una esquina, de pie durante horas vigilando la puerta del edificio en el que trabajaba. No podía rebajarse más. Había tocado fondo, ya sólo le quedaba olvidar. Los buenos momentos..., bueno, no se puede echar de menos aquello que no se conoce...sí, era una cobarde, pero ya no podía más.
Se introdujo el líquido en la boca, se concentró en él, en su cara, en su mirada... y se dispuso a tragar. En aquel mismo instante un fugaz pensamiento cruzó su mente.
Se puso en pie, había dormido, eso creía, sólo sentía un terrible dolor de cabeza. Frente a ella había un espejo, se miró. No conocía a aquella mujer de largos cabellos, estiró la mano hacía la imagen reflejada...quién era, cómo se llamaría...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Ajajaja
ResponderEliminarMalditos efectos secundarios!!!!
:-D
Genial!
Hay que leerse antes muy bien el prospecto. Pasarse con la dosis puede ser terrible... ;-)
ResponderEliminarBonito relato, Merce.
Si ese elixir existiera valdría una gran fortuna. Hace apenas 4 años yo hubiera robado para pagarme una dosis de 2cc. Yo, por naturaleza, no puedo olvidar nada. Es una cruz que tengo y que maldije durante mucho tiempo. He deseado olvidar episodios de mi vida tanto tanto tanto que me dolía. Pero hoy puedo decir que me alegro de no haber formateado mi disco duro. Ahora no quiero olvidar quien soy y por qué estoy aqui.
ResponderEliminarUn beso y feliz semana
No te enfades si trivializo, pero el relato me ha recordado la noticia de las vieras esas que consumidas fuera de temporada producen amnesia.
ResponderEliminarSabes? Este verano estuve en un lugar donde vendían en frasquitos un agua que te concedía la eterna juventud. Tengo uno pero todavía no lo he abierto...
Saludos niña.
Luna, lo de los efectos secundarios es una putada de las que me cabrean...
ResponderEliminarEduardo, yo nunca leo ni los prospectos ni las instrucciones...
Novicia, olvidar nos quita un poco de nosotros mismos, de nuestra esencia, porque lo que somos es en gran parte debido a lo que hemos vivido, bueno y malo. No se trata de olvidar, sino de aprender a vivir con aquello que nos hace daño...ya...ya sé que es muy fácil decirlo...
contrahecho, en absoluto me enfado por que trivialices, es más, creo que deberíamos aprender a trivializar muchas cosas en nuestra vida, seríamos más felices... Sabes hace unos años igual yo si hubiera bebido de tu frasco, ahora ya no lo haría...
Yo opino de que el asesino es el mayordomo, mirusté
ResponderEliminarLo ideal sería olvidar los malos momentos pero no lo aprendido gracias a ellos.
ResponderEliminarNo sé si alguien será capaz de fabricar eso, pero me ofrezco de conejillo de indias.
Besos y precioso relato.
Edu, mec...fallo, lo siento, te queda sólo una oportunidad para adivinar o no podrás ganar el perrito piloto...
ResponderEliminarPabloPues sí, lo que tú has dicho sería la mejor solución. Yo te espero fuera, no me gustaría eso de que experimentaran conmigo...
Bravo!!
ResponderEliminarEstupendo relato...
El elixir ese está genial, pero requiere suma concentración...
Ojalá fuera tan fácil.... a pesar de los efectos secundarios.
ResponderEliminarMuy bueno, Merce.
:)
Saludos.
Se me ha olvidado lo que iba a poner...
ResponderEliminarEnrique, por mucha concentración que se tenga...el pensamiento es libre...
ResponderEliminarLanda, hombre hay efectos y efectos...
Anónimo, ¿también te has olvidado de tu nombre?
¿Dónde lo venden?
ResponderEliminarPrometo concentrarme adecuadamente.
Olvidar aquello que nos llena de tristeza pero sin olvidar que hubo un día que amamos con toda la intensidad de nuestro ser ,porque mires donde lo mires el amor mueve el mundo.
ResponderEliminarMe ha gustado tu mini-relato
Paz y amor Merce :)))
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLo siento :( torpe que es una.
ResponderEliminarBesos
El fallo estaba en el fugaz pensamiento que por un instante cruzó su mente al ingerir el líquido... Es que no estaba en lo que estaba. ¡Estos fallos de concentración son fatales! :P
ResponderEliminarEstupendo relato. :)
Pues unas gotas de vez en cuando no vendrían mal.
ResponderEliminarUn beso.
M Carmen, ya uno se pone a olvidar que sea del todo...
ResponderEliminarMiss, es que el pensamiento es muy traicionero...
Carmen, hija mía, con que ímpetu me vienes del verano...:-)
Faria, concentración??? y eso qué es...
Ana, pero muy de vez en cuando...
Me ha entado el relato, y esto... ¿dónde se adquiere tal brevaje? :P
ResponderEliminarEnhorabuena.
Breuil, el brebaje estoy por inventarlo yo, a lo mejor me hace multimillonaria, hablando de euros, claro...
ResponderEliminarNo, no, no. Olvidar nunca es la solución. Asimilar, aceptar, convertir las malas experiencias en ladrillos para madurar y fortalecerse. No es fácil pero sí lo más provechoso.
ResponderEliminarEl relato muy bueno. El final tampoco es tan terrible. Es un nuevo nacimiento.
Hay quien se mira al espejo sabiendo quien es y no se conoce.
Saludos
Uno, qué pereza, empezar desde el principio ahora...tener que aprender otra vez lo poco que sé...
ResponderEliminarA mí me pasa algunas mañanas, me miro al espejo y digo, esa no puedo ser yo... claro estoy en la fase esa de que cada mañana me descubro una cana nueva, una arruga nueva...ayyyy,