6 de julio de 2007

Mañana viajera

Ayer tocaba mañanita de burocracia, de oficina oficial en oficina oficial, mañanas de esas en que para arreglar un par de cosillas echas varias horas esperando que te llegue el turno. De camino, pasé por la puerta de una agencia de viajes con un expositor en la puerta lleno de catálogos de viaje, y sinceramente me apetecía más echar el rato preparando maravillosos viajes que leyendo el periódico que con lo crispada que anda la cosa te deja mal cuerpo.


Así que sentada en un banco en la calle, tomando el fresco, y es que ayer el calor nos dio un respiro, mi mente empezó a viajar.


Empecé por Egipto, hice un crucero maravilloso por el Nilo, visité las pirámides de Keops, el templo de Horus, admiré los maravillosos tesoros de Tutankamon, levanté mis ojos hacía la esfinge de Giza, y por supuesto paseé por las calles de El Cairo. Tras tan ajetreado viaje lo que me pedía el cuerpo, era tranquilidad, así que rápidamente embarqué en un imaginario avión que me llevó en segundos hasta el caribe, sobrevolé Varadero, Puerto Plata, la costa Maya, para terminar aterrizando en Punta Cana, en un lujoso hotel de cinco estrellas, disfrute de un relajante jacuzzi en una estupenda suite, paseé por inmensas playas de aguas transparentes y arenas blancas, pero hastiada en seguida de tanta agua, tanta palmera y tanto daiquiri puse rumbo a la vieja Europa, di un rápido paseo por Italia, deteniéndome brevemente en Roma, recorriendo los caminos que hace doce años di como feliz recién casada, paré un momento en Viena y seguí hasta Praga, maravillosa ciudad con un exceso de turistas españoles, recorrí las calles del barrio de Mala Strana, incluso tuve tiempo de hacer una parada para tomar una buena cerveza negra en el U`Fleku, y desde allí me trasladé a Cracovia, que me han dicho que es una preciosa ciudad. Levanté la cabeza y lo ví, “número C190, mesa 9” y ahí acabo mi viaje.


Tengo muchas ganas de viajar, muchas, pero de hacerlo de verdad, con aviones reales, hoteles reales y paseos reales, así que lo mejor es que empiece a echar un vistazo al calendario para buscar buenas fechas. Creo que el destino ya lo tengo decidido, Cracovia, o Varsovia, o las dos.


Hasta la próxima, o no.

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