21 de agosto de 2007

Dame un silbidito

La ocasión era propicia, a la derecha un edificio en construcción, a la izquierda una carretera en proceso de asfaltado, por en medio una acera de no más de un metro de ancho, a ambos lados un buen número de albañiles u obreros de la construcción, que queda como más fino. Si ante tal situación una mujer, y más en verano (por el tipo de ropa) no oye un silbido o una exclamación, pues debe pensar que ha llegado el momento de empezar a plantearse algunas cosas, que la edad no perdona, que ha terminado una etapa, que otra empieza...yo que se...A pesar de que unos cuantos metros por delante mía iba una mozuela por lo menos veinte años más joven, de las que en vez de falda llevan un cinturón ancho, he oído una exclamación, vale que no ha sido la madre de todas las exclamaciones, pero lo suficiente para mantener mi autoestima relativamente...no se como decirlo...relativamente relativa, lo más probable que el obrero en cuestión sufriera una grave miopía o estuviera terriblemente aburrido, pero al fin y al cabo, que más da.

En otro orden de cosas, se nota que ya es otoño en el corte ingles y que hay que empezar a vender jerseys, chaquetas y demás prendas de eso que se llama ropa de entretiempo, porque para animar al personal han puesto el aire acondicionado a tal potencia que es probable que en unos días desarrolle una pulmonía doble o quizá triple.

Hasta la próxima, o no.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Pues vosotros diréis...